Una sonrisa al levantarse, fuerza durante el día y el mejor descanso para despedir el día...
Somos conscientes que no podemos cambiar el pasado, pero
si podemos mejorar el futuro, lo importante es no guardar silencio PARA NO ENFERMAR.
Recuerda que ni el medico ni las
medicinas, ni las terapias pueden curarte en realidad, nada ni nadie más que
tu mismo, a través de la inteligencia innata que hay en ti, eres capaz de
devolver a tu cuerpo la salud que ha perdido.
Últimamente la ley de atracción está cobrando mayor fuerza, y esto de las buenas o malas vibras… ¿pero de qué se trata en
realidad?, la respuesta es que cada pensamiento, sentimiento y emoción vibra en
diferente frecuencia, Las estaciones de radio son un
buen ejemplo: si queremos escuchar lo que transmiten en la frecuencia de 107.3
megahercios (o por “la 107.3”), y sintonizamos la 104.5, obviamente nos será
imposible escuchar la programación de la 107.3, pues son dos frecuencias distintas.
Lo mismo sucede con la energía en la
que vibramos los seres humanos, para nadie es un secreto que para estar vivo,
tiene que circular energía por nuestro cuerpo, esto no es un acto de fe,
existen desde hace años aparatos que miden nuestra energía como los
electroencefalogramas por ejemplo, así es que si llega nuestra amiga y nos
dice; “que suerte, cada vez que te visito en tu casa siempre hay música
hermosa; en cambio en la mía sólo hay noticias y música horrible”, lo más
probable es que le digamos; “nada tiene que ver con la suerte, ¡cuando llegues
a tu casa solamente cámbiale de frecuencia a tu radio!”… Es decir las
frecuencias están ahí, lo que tenemos que hacer primero es darnos cuenta de su
existencia; segundo, responsabilizarnos de nuestra libertad y tercero ¡cambiar
la frecuencia!
Enfermarse, sentirse desgraciado o
encontrarse en una situación desagradable no es producto del azar, ni un
castigo divino, es simplemente estar sintonizado en esa frecuencia.
En el
universo, las vibraciones altas tienen que ver con el bienestar, la salud y la
felicidad; los canales de vibraciones bajas con la enfermedad, el sufrimiento y
el malestar. ¿Quién no ha observado cómo las personas que le temen a los perros
o gatos, los atraen?, los pensamientos de miedo tienen una frecuencia
vibratoria que plasma en nuestro mundo el objeto de nuestro miedo porque
este nos impulsa a actuar materializando lo que tememos.
Ni siquiera los “accidentes” tienen
que ver con la suerte, fíjate qué pasaba en tu vida antes de algún accidente y
saca tus propias conclusiones; si has tenido un accidente en las piernas o en
los pies puede significar culpa por avanzar respecto a alguien que quiere
retenerte, a menos que seas tú mismo el que en realidad no desea avanzar. El
simbolismo del cuerpo puede ayudarnos a relacionar el accidente con aquello que
sentíamos antes de que sucediera.
El sentimiento de culpa no se
manifiesta únicamente en accidentes, también en enfermedades físicas o
depresión y puede envenenar nuestra vida y oportunidades de éxito. A
través de la enfermedad, el cuerpo grita lo que el alma calla. En su libro “La
Metamedicina”, la doctora Claudia Rainville sugiere varias etapas para entender
esta situación.
• Como primera etapa, plantea la
pregunta ¿qué representa el órgano o la parte del cuerpo afectada?, por ejemplo
los hombros representan nuestra capacidad de llevar y soportar obligaciones y
responsabilidades; el estómago representa nuestra capacidad de aceptación; el
hígado representa la adaptación.
Les dejo el link para que lean el libro de la Dra. Claudia Rainville, es muy interesante!..
http://books.google.es/books?id=30mkIUfRSA4C&printsec=frontcover&hl=es&source=gbs_ge_summary_r&cad=0#v=onepage&q&f=false
Enfermarse,
sentirse desgraciado o encontrarse en una situación desagradable no es producto
del azar, ni un castigo divino, es simplemente estar sintonizado en esa
frecuencia.