El cuerpo humano trabaja como un sistema que busca la armonía, entonces cuando tomemos elecciones de estilos de vida más saludables tenemos que pensar en nuestra salud integral y al ejercitar nuestro cuerpo, nuestra mente, logremos una mejor salud mental, en dónde nuestras funciones corporales también se verán beneficiadas. Parece simple, pero no lo es tanto, es fácil acomodarnos a llevar una vida sedentaria, nos hemos acostumbrado a comer de más, beber en exceso y ha evitar ejercitarnos. En lo que respecta a la mente en particular, ejercitarla es una necesidad, tanto como lo es mantener activo el cuerpo, cosa que nadie pone en duda.
· Realizar ejercicio físico periódicamente, una caminata diaria de 20 minutos, una clase en el gimnasio tres veces por semana, bailar 30 minutos dos veces a la semana, por ejemplo.
· Realizar periódicamente ejercicios para nuestra mente, la mantendrá activa y estimulada. Quizá los juegos de los periódicos crucigrama, sudoku, las 6 diferencias, etc.
· Evitar situaciones de estrés emocional y mantener una vida relajada que nos permita disfrutar de las actividades de ocio. Esto es casi imposible con el ajetreo de la vida moderna, no obstante es bueno tenerlo presente y pensar que nada ganamos con hacernos viviendo de prisa.
· Llevar un estilo de vida sano sin abusar del alcohol y el tabaco.
· Mantener una amplia gama de intereses y hobbies. Sobre todo buscar amigos y familiares con quien compartir las actividades.
· Intentar mantener una vida socialmente activa.
Algunos ejemplos de ejercicios, simples pero efectivos, son:
· Mirar una película y explicar la trama con sumo detalle a alguien que no la haya visto.
· Hacer las cuentas mentalmente en el supermercado y luego compararlas con el resultado que ofrezca la cajera.
· Lavarnos los dientes con nuestra mano no dominante, es decir, con la izquierda si somos diestros o la derecha si somos zurdos.
· Cuando entramos en un cuarto lleno de gente tratar de estimar rápidamente cuanta gente hay a nuestra derecha y cuanta a nuestra izquierda.
· Cuando cenamos en un restaurante o casa de un amigo tratar de identificar los ingredientes utilizados en el plato que estamos comiendo. Concentrarnos en los sabores sutiles y luego verificar nuestras percepciones con el mozo, un amigo o quien esté con nosotros.
De esta manera se estimulan las funciones ejecutivas, la atención y concentración, organización y planificación, el pensamiento lateral, y se brindan herramientas internas y externas que permiten un mejor funcionamiento en la vida diaria.
Empieza desde hoy con alguna actividad,
cualquier momento es bueno para tomar la decisión
de optar por un estilo de vida más saludable.
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