martes, 22 de febrero de 2011

PALABRAS QUE HIEREN Y DEJAN CICATRICES.







Hay heridas que se curan sin dejar huella. Pero también hay “heridas” que marcan para siempre. Entre ellas, las palabras e insultos que muchas veces usamos contra los niños y que hieren el alma infantil. Son las “heridas” más severas, profundas y siempre dejan “cicatrices” en la autoestima. Por fortuna, está en las manos de los adultos evitarlas. El secreto radica en saber que somos precisamente nosotros quienes las provocamos.

1.MALTRATANDO EL AMOR PROPIO

Muchos adultos creen que una pequeña dosis de humillación puede disminuir la negligencia infantil e inyectar nuevas energías. Con este objetivo, dejan caer frente al niño palabras duras y descalificados: “¡cómo es posible que hagas preguntas tan estúpidas¡”, “cierra la boca , idiota, inútil, bueno para nada”, “si pareces que tienes aserrín en la cabeza¡, y otras frases por el estilo, tan corrosivas para el alma del niño como vaciar sobre ellas una dosis abundante de cloro. Habitualmente, estas frases son dichas por quienes creen que su misión es EDUCAR.

2.CREANDO CULPAS.

Algunos adultos se sienten directamente afectados por el mal comportamiento de los niños, o por su mediocre desempeño escolar.

Reaccionan adjudicándoles la responsabilidad, con frases como: “un día de estos me volveré loco y terminaré en el manicomio” , “acabarás matándome de un infarto”, “me rompo el lomo trabajando y mira las notas que me traes”. Son frases que disminuyen la autoestima del niño, haciéndole sentir muy malo o sin la más elemental cuota de intelecto.

3.HOSTILIDAD ENCUBIERTA

Más veces de las que quisiéramos, encontramos adultos que son padres o educadores sin vocación, frustrados e insatisfechos. Más de un papá actual soñó en su juventud con ser piloto de la Fórmula Uno ... pero, sin percatarse cómo, se transformó en papá de cuatro niños y empleado de oficina. Por tal motivo, es un padre intolerante, malhumorado e impaciente, que conjuga todos los verbos que corroen el alma: AMENAZAR , ADVERTIR, DESCALIFICAR, BURLARSE, HUMILLAR.

Otros adultos atacan a los niños con frases tales como: “¡ ustedes no tienen idea de lo que es la vida¡, “¡no pierdan el tiempo jugando, ociosos! , “¡estudien, estudien, que la vida es terrible!”, “¡escuchen a sus padres, que les dan buenos consejos!. Con estas palabras , sólo consiguen anular en el niño el entusiasmo, sembrando en su alma el miedo a vivir, a conocer, cuestionar, a descubrir.

La mayoría de los adultos actúa de buena fe. Están convencidos que los niños son seres incompletos, inmaduros, poco inteligentes y proclives a lo negativo, por lo que su tarea es urgente :

REFORMARLOS. El secreto es simple: HAY QUE FORTALECER LA AUTOESTIMA DEL NIÑO.La tarea consiste en BIEN-FORMAR y ello se consigue con AMOR, reconociendo, alabando, elogiando y regalando abundantes palabras de aliento y de fe en la naturaleza de los niños.


“No nacemos con autoestima, esta se hace en el ámbito familiar y el ambiente que nos desenvolvemos."

Los padres juegan un papel fundamental, ya que al proporcionar una buena autoestima tendremos niños seguros de sí mismos. El crear niños seguros de sí mismos es una función diaria de los padres. Un niño seguro de sí mismo, acepta retos y se arriesga, aprende de sus fracasos, reconoce sus fortalezas y debilidades, saben lo que quieren.

Ayúdelos

En sus manos está la autoestima de sus hijos. Algunas recomendaciones para que sus hijos crezcan seguros de sí mismos.

Sea tolerante y flexible.

Examine sus sentimientos hacia su hijo, pregúntese qué siente por él y qué esperaba de él ya ello le permitirá aceptarlo y valorarlo por lo que es y no de acuerdo a sus expectativas.

No compare a sus hijos, no alabe excesivamente a los hermanos.

Alábelo por sus pequeños logros sin caer en el exceso. Si lo elogia por todo el niño no sentirá el refuerzo del elogio.

Dele responsabilidades de acuerdo a su edad y liderazgo. Las responsabilidades le ayudarán a independizarse.

No permita que entre hermanos se ridiculicen.

Apóyelo para que desarrolle algún talento

Cuando lo regañe refiérase a su conducta y no ataque a la personalidad.

Descubra las habilidades de sus hijos y desarróllelas.

Hable en forma positiva.

Evite amistades negativas.

Búsquele actividades complementarias.

Establezca en su agenda el dedicar tiempo a solas con cada uno de sus hijos, ya que ello le permitirá conocerlos y manifestarles su cariño a cada uno de sus hijos por separado.
Sea un ejemplo recuerde que los niños aprenden lo que ven. Usted es el modelo de sus hijos, los niños captan lo que ven y ellos desean ser como sus padres.

Ayúdele a compensar, es decir, descubra los puntos fuertes de su hijo y ayúdele a sacar provecho de ellos.

Enséñeles valores, inculque el respeto a los demás, la compasión.

Enséñeles el significado del valor personal y cómo deben preservarlo.

Cuando su hijo tenga una experiencia negativa permítale expresar sus sentimientos.

Edúquelos a expresar sus sentimientos de forma constructiva.

No olvide que debe existir respeto y amor entre usted y sus hijos.

Recuerde que tanto el padre y madre deben de tener la misma autoridad.

Exprésele su cariño con contacto físico, abráselo, sea cariñoso.

Las palabras de aliento y afirmación son necesarias para la autoestima de su niño.

Reconozca sus esfuerzos.

Escuche las demandas de sus hijos.

Converse con sus hijos, juegue con ellos.

Si le hace una promesa, cúmplala.

No los complazca en todo.

No los ridiculice frente a otros niños.

Tenga cuidado con los premios, son importantes para motivar cuando se realiza algo que implica mucho esfuerzo, pero si se condicionan los premios a sus logros puede traer frustración y realizará las cosas solo a cambio de un premio.

No trate de resolverle sus conflictos. Por ejemplo, hágale preguntas como: ¿a tí qué te parece?, ¿qué te gustaría comer o ponerte de ropa?. Déjelo decidir.

Lleve a su hijo con usted a realizar mandados, por ejemplo al banco, donde verá la importancia de hacer filas y esperar, esto le ayudará a incentivar en sus hijos el autocontrol y a tolerar la frustración.

Empiece a soltarlo desde al infancia para que cuando entre a la adolescencia ya tenga las herramientas para realizar solo sus cosas.

Establezca las reglas con anterioridad y las consecuencias. Sea firme y constante eso. Cuando su hijo falle enséñele que el castigo es consecuencia de su conducta.


¡Detéctela!

Como padre usted puede estar alerta ante los síntomas de una baja autoestima:

Niños que viven pendientes del qué dirán y cuyo mundo gira alrededor del discurso social.

Comparación excesiva con los otros.

Desacreditan los logros de los demás.

Vulnerabilidad emocional.

Poco tolerancia e incapacidad de resolver conflictos.

Cambios en el estado emocional, se vuelven ansiosos.

Sentimientos de incapacidad y menosprecio de sus propias habilidades.

Se siente inútiles.

No les gusta la crítica.

La baja autoestima trae como consecuencia:

Retraimiento: tiende a aislarse, todo les da pena y no desean relacionarse con los otros.

Peleas: los mismos sentimientos que los motivan a retraerse los llevan a ser agresivos e hirientes con los otros e inclusive depresivos. Desafían en muchas ocasiones a cualquiera que se les enfrente.

Payasadas: se burlan de los demás y detrás de sus bromas esconden sus complejos de inferioridad.

NO OLVIDEMOS QUE:
"La alegría no está en las cosas sino en lo más profundo de nuestra alma"

VISITAME ESTOY EN CALLE GRAU (FRENTE A FERRETERIA YUCA)CASMA

ADA (TERAPEUTA REIKIANA)

1 comentario:

  1. Hola muy buen día, lei su escrito de los puntos a tratar de como queremos educar y ahcer sneitr a nuestros hijos en base o nuestro tiempo de vida a su edad, y quisera saber donde es esta dirección por que yo vivo en elDistrito Federal, México.

    Gracias..

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