martes, 22 de diciembre de 2009
15 formas de evitar el Estres Navideño
Reconoce cómo te sientes.
Si un ser amado ha muerto recientemente o no estás junto a tus seres queridos, es normal que te sientas triste. No es malo que de vez en cuando tengas que llorar y expresar tus sentimientos. No puedes pretender estar feliz sólo porque sea la época de navidad.
Busca compañía:
Si te sientes decaída o aislada, busca estar junto a otros como familiares, amigos, vecinos, hermanos de la iglesia, clubs sociales, etc. Busca en ellos consuelo y compañerismo.Considera la posibilidad de involucrarte en algún evento navideño, organizar alguna fiesta, reunión o cena especial. Cuando se ayuda a los demás nos ayudamos a nosotras mismas, nos sentimos realizadas, valiosas y mejor. Eso sí, no hace falta matarse ayudando a los demás, no lo hagas todo, sólo ofrece un poco de ayuda.
Se realista:
Con el tiempo las familias crecen y cambian, es la ley natural de la vida. Las tradiciones cambian, y lo que tú consideras esencial en navidad es posible que ya no sea la norma para los demás. Puede que algunas de tus expectativas para navidad ya no sean posibles, y eso no es motivo de trauma. Por ejemplo, es posible que ya no puedas reunir a toda la familia para la cena navideña, asimílalo y busca nuevas formas de disfrutar junto a quienes sí tendrás a tu lado. Puede que por ejemplo puedas enviarles postales por internet, enviarles fotos o vídeos, ¡evoluciona!
Pon tus diferencias a un lado:
Acepta a tus familiares y amistades tal como son, incluso cuando sientas que te están decepcionando. Deja de lado tus diferencias, tus malos rollos, y cosas que tengas en contra de ellos. Hay muchos mejores momentos para dialogar acerca de esas cosas que en navidad. Cuando algo no salga como esperas, cuando alguien no se comporte como crees que debiera, no te estreses ni lo eches en cara, relájate, lo más seguro es que ellos también estén estresados por la navidad.
No te salgas de tu presupuesto.
Antes de salir a hacer las compras decide cuanto dinero habrá disponible para ello. Haz cuentas de los regalos, comida y demás… decide bien lo que se gastará y no gastes más que eso. Si no te limitas en tu presupuesto es muy posible que los siguientes meses sigas estresada por tener que estar pagando los créditos que tomaste. Y una nota muy importante en cuanto al presupuesto, no esperes poder comprar la felicidad con regalos. Considera igualmente hacer un pequeño gesto de caridad, una donación a una persona necesitada, un proyecto que te conmueve, etc.
Planifica tu tiempo y adelántate al ajetreo navideño:
Planifica bien tu tiempo, y para disfrutar bien de la navidad sin tener sobresaltos de última hora teniendo que salir corriendo a comprar improvistos, toma un rato para planear. Dedica unos días a hacer las compras antes de la avalancha de última hora (es agobiante comprar los días más cercanos a navidad, año nuevo y reyes), haz ahora todas tus compras de comida, regalos, decoraciones, y todo cuanto necesites para la fecha. Así podrás estar más relajada cuando llegue navidad no teniendo que salir a hacer cosas de última hora.
Aprende a decir que no:
Aunque parezca mentira, la gente comprenderá si no puedes asistir a un evento o ayudar en ciertas actividades. Si le dices que sí a todos y a todo te puedes acabar agobiando de más. Si es posible, intenta no ligarte con demasiadas cosas, igual podrías empezar por borrarte de la lista de algo en lo que ya te estés comprometiendo.
No abandones todos tus hábitos de salud:
Está bien permitirse un trato especial en navidad, en la cena navideña, año nuevo, reyes, y más… pero no te descontroles durante toda la temporada navideña. Si das rienda suelta a todos tus gustos pasteleros durante navidad te acabarás sintiendo más estresada y culpable. Podrías también comer un pequeño aperitivo antes de ir a las grandes cenas para no caer en la tentación de comerte todos los dulces que te presentan. Y no permitas que la navidad te quite el sueño, sigue dedicando tus horas normales de dormir por las noches.
Dedícate un tiempo a ti misma:
Dedica un momento para relajarte, un momento para respirar libre del ajetreo y estrés navideño, un rato para ti misma. Puede que todo lo que necesites para ser capaz de hacer lo que tienes por delante sólo suponga un cuarto de hora para ti misma, sin distracciones. Busca un sitio silenciosoaunque sea el baño, pon un poquito de música tranquila, encuentra algo que te renueve y relaje, respira profundo, y siente cómo te vuelve la calma.
Reconsidera tus metas y objetivos:
A veces nos ponemos metas demasiado grandes, y en estas fechas (especialmente cerca de año nuevo) nos ponemos metas imposibles. Relájate a la hora de imponerte objetivos, ya sea para navidad, la cena, o el año que viene… debes ser realista y ponerte metas asequibles o te acabarás estresando de más. Busca fijarte metas que te hagan sentirte mejor, más realizada y más valiosa, no metas que sólo dan momentos de felicidad.
Espera lo peor:
Antes que nada, date cuenta de que la navidad no va a ser perfecta, es imposible que lo sea, sólo en las películas de la tele son así. Nunca faltarán las cosas que vayan mal, como tener que hacer unas horas extra de trabajo en navidad, llegar tarde a la función de tu hija, un vestido que se rompe, un pastel que se quema, una crítica de tu madre o suegra, o un estúpido comentario de tu pareja/marido. No tengas expectativas imposibles, la navidad no será perfecta, disfrútala como llegue, y espera que en algún momento ocurra algo que podría arruinarte las fiestas si no fuese porque ya estabas prevenida.
Si lo necesitas, busca ayuda profesional:
Pese a todos tus intentos por mejorar la situación y tu propio estado de ánimo, a veces puede que no logres evitar la tristeza, y ansiedad, puede que no logres dormir, te sientas irritada y desesperada, incapaz de hacer lo que tienes por delante… puede que tengas una depresión y debieras pues considerar ir al doctor o al psicólogo en busca de un poco de ayuda.
Regala con moderación:
No es cuanto das, sino la calidad de amor que se da a cada persona. Regalar es algo que se puede hacer durante todo el año, lo primordial no son los regalos de navidad, sino el amor que se entrega, el estar en familia si es posible, la felicidad, y recordar las charlas amenas que tenían nuestros padres y abuelos en nuestra infancia.
No te dejes llevar por la oferta especial de navidad:
No te dejes llevar por los brillos de las vitrinas, ni las gangas, ni las ofertas… que no lo son tanto. Recuerda que el comerciante está intentando vender y convencerte de que gastes tu dinero con él. Eso te evitará mucho estrés.
No pierdas el sentido verdadero de la navidad:
Considera buscar el verdadero significado de la navidad, ¿qué debiera ser y cómo debiera vivirse? ¿Es sólo fiesta, dar y recibir?
La mayor parte del estrés navideño se debe a que somos unas consumistas, la vida nos lleva por ese camino, los hijos, la familia, los amigos… pero la verdadera navidad y cómo debiéramos vivirla está en nuestros corazones y debiera ser un día de paz, meditación, espiritual, y siendo así nos ahorraríamos todo ese estrés.
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